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Etiqueta: Poesía

Los guerreros mueren de pie

Hoy hace años que falleció mi padre (24 si no me he descontado). Aunque es una herida cicatrizada y apenas duele, todavía me hormiguea cuando se acerca esta fecha. Los primeros años le dediqué muchos poemas, ahora hace tiempo que no le escribo nada, pero no quería dejar pasar el día de hoy sin publicar este soneto, que fue el primero que escribí en su memoria. ¡Por ti, papá!

Mis padres en el día de su boda

Gastado por el trabajo y la vida,        

pero siempre tan erguido y tan recio,           

te veo como soldado viejo           

mostrando antiguas heridas.      

     

Tú nunca supiste de horas perdidas           

y a tu derrota pusiste buen precio           

y aunque a veces mostrabas mal genio           

los que te rodeaban te querían.           

De entre todos, tú solamente           

tuviste la suficiente lucidez           

para ver el final de tu camino

           

y asumiste sin vacilar el destino           

traspasando ese umbral de misterio            

hacia lo desconocido que es la muerte

Volverá a ser octubre

Era octubre. Lo es todavía

blai bonet

El mes en que yo nací.

No se me ocurre

otro peor para nacer.

Un mes triste y aburrido

en el que la sombra otoñal

comienza a quitarle

el paso a la luz

y al calor del verano.

Y ya van a ser sesenta

celebrando mi cumpleaños

en la triste y odiosa

penumbra de octubre.

Puedo perdonarle

a octubre casi todo:

el frío, la lluvia, el comienzo

del curso escolar.

Todo, excepto

que me quite la luz.

Yo sin la luz no soy nada.

Imagen GBrote

Por todos los onces de septiembre

Lo peor de todo no es nada

y todo es siempre lo peor

Vicente gaos

Hoy es ayer y es mañana.

Hoy es todos los días.

Los muertos de hoy son los de siempre.

Las razones de hoy son las mismas

que las de ayer y de mañana.

La razón no es razón.

¡No hay razón!

Sólo sombras en la oscuridad,

débiles fantasmas que intentan remover

nuestras conciencias apagadas.

Los muertos de hoy son nuestros hijos,

al igual que los muertos de siempre.

Algunos tienen la suerte de morir de golpe

en un minuto, en un segundo.

Otros pasan su vida en agonía lenta,

muriendo poco a poco,

desintegrándose cada átomo de su esencia,

Esperando el consuelo de una muerte

 que no llega.

¡Muertos en vida!

Muertos que ya sólo quieren estar muertos.

Y los muertos de hoy son nuestros hijos

y los muertos de siempre son nuestros hijos.

¡Oh vida! Madre y madrastra.

Oda al insomnio

Cada noche es un desierto

que atravieso en soledad.

En el que me creo la única existente,

en el que pierdo la esperanza

de que una vez más

me vaya a rescatar el sol de la mañana.

Sé que me aguarda un túnel oscuro

en el que me adentraré mientras (des)espero.

Quiero apartar de mí estas tinieblas

que me envuelven en la agonía.

Trato de olvidarme de mí, de todo.

Olvidarme y perderme en ese espacio

que se me antoja como un pozo sin fondo.

Sé que luchar no sirve de nada:

es mejor dejarse vencer hacia lo hondo

sin oponer resistencia.

La espera será así más llevadera

hasta que un tenue rayo de luz crepuscular

me libere de la noche sin fin.

La aurora, sin embargo, tampoco es hermosa…

Enero

Mi corazón era duro acero

hasta que te cruzaste en mi vida         

en aquel, ya tan remoto día,           

soleado y frío de enero.          

 

Me creía hecha de puro hielo,           

pero cuando tu piel rozó con la mía,           

al leve aleteo de tu caricia,           

me derretí y me abrasé por dentro,   

        

con una llamarada tan viva           

que prendió para siempre mi corazón,           

que no se agota y arde todavía.     

      

Y sé, que hasta el fin de mis días           

sentiré vivo y palpitante este amor           

que nació años atrás, como una primicia.

El remiendo

Las lágrimas que no vertí
enturbiaron mi mirada
opacaron mis ideas
anegaron mi alma.

Pero no quise mirar atrás.

Las lágrimas que no vertí
se me colaron por las grietas
buscaron en vano
la salida por mí vedada.

Pero no quise mirar atrás.

Las lágrimas que no quise llorar ayer
hoy me revientan por las costuras
y no me queda otra que parar
a remendarme las entrañas.

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