Hoy hace años que falleció mi padre (24 si no me he descontado). Aunque es una herida cicatrizada y apenas duele, todavía me hormiguea cuando se acerca esta fecha. Los primeros años le dediqué muchos poemas, ahora hace tiempo que no le escribo nada, pero no quería dejar pasar el día de hoy sin publicar este soneto, que fue el primero que escribí en su memoria. ¡Por ti, papá!

Gastado por el trabajo y la vida,
pero siempre tan erguido y tan recio,
te veo como soldado viejo
mostrando antiguas heridas.
Tú nunca supiste de horas perdidas
y a tu derrota pusiste buen precio
y aunque a veces mostrabas mal genio
los que te rodeaban te querían.
De entre todos, tú solamente
tuviste la suficiente lucidez
para ver el final de tu camino
y asumiste sin vacilar el destino
traspasando ese umbral de misterio
hacia lo desconocido que es la muerte