por Rubén Almarza González / 07/10/2017. Publicada en su blog Contalainercia

¡Feliz sábado, queridos amigos de CLI! Hoy os traigo una reseña muy especial, ya que la persona que hoy se pone al otro lado del ordenador es una autora a la que conocí hace casi dos años y con la cual he coincidido en infinidad de proyectos. Además de ser una magnífica escritora, trabaja en el mundo de la sanidad como microbióloga. Hoy le preguntamos sobre sus proyectos, sobre sus primeros pasos y sobre cómo se puede evolucionar en una carrera literaria fuera de las grandes ciudades. Con todos ustedes… ¡AVELINA CHINCHILLA!

  • Antes de comenzar a hablar de tu trayectoria, los lectores de Contra la inercia quieren conocer un poco a la persona que está detrás de esas historias. Avelina, ¿desde cuándo te interesa la literatura?

La literatura me ha interesado desde que recuerdo, al menos como lectora. Aprendí a leer siendo muy pequeñita y la gente se admiraba de verme leer de corrido cuando no levantaba ni dos palmos del suelo. Durante mi etapa escolar las redacciones se me daban muy bien y escribí mi primer poema a los diez años más o menos. Empezaba algo así como: “Es la vida/ que azota a los hombres/sin fuste ni látigo. Es el sol/tibia caricia en invierno/lengua de fuego en verano…”. Un poco más adelante ya en la adolescencia empecé un amago de novela de ciencia ficción en plan postapocalíptico. Era la época en que nos tenían comida la cabeza con la guerra fría, el invierno nuclear y todas esas cosas. Es el único material de aquellos comienzos que conservo y me haría ilusión terminarla algún día aportándole una visión más actual.

En aquella época me desahogaba mucho escribiendo vivencias personales y algún que otro poema, aunque nunca llegué a llevar un diario al uso (no tengo la suficiente constancia). Como ya he dicho, me deshice de todo a excepción del manuscrito de ciencia ficción. Luego llegó la universidad y eso me absorbió por completo y dejé de escribir.  Fue algunas décadas después ya con mis hijos criados y mi vida estabilizada cuando recuperé mi antigua afición.

  • Cuéntanos cuáles son tus autor@s favorit@s, así como tus libros predilectos.

Al no tener una formación específica en letras he ido leyendo a lo largo de mi vida un poco de aquí y de allá. Me voy a referir únicamente a escritores en español y preferiblemente del siglo XX. He leído mucha poesía: Lorca, Alberti, Miguel Hernández, Luis Cernuda, Blas de Otero, Pablo Neruda, etc. Recientemente he descubierto la poesía para adultos de Gloria Fuertes y tengo que decirte que cuanto más la leo más me gusta. Soy fan incondicional de José Luis Sampedro. Me gustaron mucho La vieja sirena y La sonrisa etruscaNubosidad variable de Carmen Martín Gaite supuso un punto de inflexión en mi relación con la literatura, ya que fue a raíz de su lectura cuando me animé a escribir. Recientemente he leído poseía de esta autora y el poema Todo es un cuento roto en Nueva York me pareció sencillamente bestial. Lo recomendaría a todo el mundo, aunque no es fácil de encontrar completo. Yo lo leí en un volumen de la biblioteca de mi pueblo titulado: Después de todo Poesía a rachas, pero el libro ya no se puede comprar.

  • Aprovecho para preguntarte por el panorama literario en España. ¿Qué autores crees que sobresalen actualmente?

Como te he dicho yo leo sin método de una manera un tanto anárquica y en general autores poco conocidos e independientes, así que voy a limitarme a decirte autores de libros que leído recientemente y que me han gustado. Voy a empezar por el último: Javier Alonso García-Pozuelo autor de La cajita de rapé una interesante novela policiaca ambientada en el Madrid del siglo XIX. Me han gustado mucho también Subsuelo de Marcelo Luján y Una vida más tarde de  Paz Martín-Pozuelo, Luces que parpadean de J.M. Sánchez, Orissa de Alberto Rueda. En poesía nombraré Transpoética de Leo Zelada.

  • Como autora con libros en el mercado, ¿Cómo ves la situación del mercado del libro aquí? ¿Crees que hay proyectos editoriales solventes que ayuden a los autores sin los medios suficientes para difundir su obra?

Es un tema muy complicado, porque cuando no te conoce nadie es muy difícil vender libros. En mi caso el último lo he publicado con Playa de Ákaba una editorial también muy pequeña y que cuenta con medios limitados, aunque sí es verdad que se mueve mucho a nivel de actividades literarias y presentaciones para dar visibilidad a sus autores. Sin embargo, para los que no estamos en Madrid es mucho más difícil aprovecharlo porque no podemos desplazarnos a capital con tanta asiduidad como nos gustaría (al menos en mi caso). Agradezco que Noemí Trujillo apostara por mí para un volumen en solitario.

Conmigo han contactado algunas editoriales y o bien lo que proponen claramente es una autoedición o, si les preguntas condiciones, directamente ya no te contestan.

  • ¿Qué opinas de autoeditarse?

A veces puede ser una buena opción. Siempre es preferible una autoedición manejando tú todas las piezas del puzle, que no una editorial que a lo mejor no va a estar por ti y lo que te ofrece en realidad es una autoedición encubierta El problema principal de la autoedición es la mala prensa que tiene (porque hay libros autoeditados malos malísimos) y la competencia feroz. Da la impresión de que hay infinitos autores que se autoeditan. De momento, sigo en plan exploratorio. De hecho, cada libro que he sacado ha sido en una modalidad diferente.Cuando de con la fórmula mágica, o por lo menos con la que me funcione ya te diré…

  • ¿Cuándo decides comenzar a escribir?

Si descartamos mis titubeos de juventud se puede decir que empecé a escribir bastante tarde, pasados los cuarenta. Al principio no era nada más un hobby, una afición y lo hacía cuando me apetecía. No seguía ningún tipo de rutina. Solía escribir poemas. Me tiré directamente a por sonetos y me salían de una manera bastante fluida. Ahora mismo he perdido aquella fluidez: si tengo que componer alguno me cuesta muchísimo más de lo que me costaba entonces. Los alternaba con otras composiciones en verso libre y de aquella época surgió mi primer poemario El jardín secreto. Luego escribí dos relatos La cara oculta y Teresa por este orden. Teresa lo envié a un concurso y quedé finalista, lo cual me animó mucho, pero volví a la poesía y escribí mi segundo poemario Paisajes propios y extraños, aunque la fui alternando con algún relato más y mi novela La luna en agosto. Luego dejé de escribir durante unos años.

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Nuestra autora fue aficionada desde muy joven a la lectura. ¡Gracias por la foto!

  • Háblanos sobre tu primera novela, La luna en agosto.

La luna en agosto fue un reto. Cuando ya había escrito varios relatos breves pensé que era el momento de probarme con una historia más larga. Partí de una anécdota personal, un pequeño accidente de tráfico que me sucedió en la vida real que es lo que da comienzo a la novela. Alicia, una chica de ciudad que es la protagonista se queda tirada en una carretera secundaria y mientras le reparan el coche tiene que pasar unos días en un pequeño pueblecito. Allí le suceden una serie de peripecias. Paralelamente se narran las aventuras de su novio Ignacio, que al saber que ha tenido el accidente decide salir también en su ayuda. Se encuadra dentro del género romántico, aunque no es una novela romántica al uso, ya que los personajes son gente corriente, trabajadora, que lleva una vida de lo más normal, por lo menos hasta que todo se les empieza a complicar. En general ha gustado mucho a quienes la han leído, de hecho me han pedido insistentemente una segunda parte. En un principio me mostraba reticente, pero quién sabe, quizás la escriba más adelante.

  • Además del formato novela, has escrito mucho relato, llegando a participar en proyectos como El libro del escritor, de Literup. ¿Qué supuso para ti ser parte de ese proyecto?

Fue un proyecto en el que participé con muchísima ilusión y claramente hay un antes y un después de “El libro del escritor”. La participación en esta antología me abrió puertas, pero sobre todo me abrió la mente. Sin “El libro del escritor” no estaría donde estoy ahora mismo. Por otra parte también supuso un duro aprendizaje y en un par de ocasiones estuve a punto de tirar la toalla porque el relato no me salía como yo quería. A pesar de los inconvenientes siempre recordaré El libro del escritor con muchísimo cariño.

  • ¿Prefieres historias largas o relatos breves?

A la hora de escribir prefiero los relatos breves. Va mucho con mi forma de narrar que es ágil, rápida, sin entrar en muchos detalles. Me gusta llevar de la mano al lector desde el primer párrafo hasta el desenlace final, sin casi dejarlo respirar. Cuando se trata de novelas tengo pensar y planificar mucho más, mientras que con los relatos me surge una idea, un chispazo (que en realidad es lo que más me cuesta) y puedo plasmarla casi de inmediato.

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portada de su último libro: Y amanecerá otro día.

  • Hace poco publicaste tu antología de relato breve Y amanecerá otro día. Coméntanos un poco sobre ella.

Los relatos de esta antología son muy dispares tanto en lo que se refiere a la temática, como a la forma en que están concebidos, como a la extensión y a la época en la que fueron escritos. En realidad no tienen ningún nexo en común. Salvo tres que rozan lo fantástico y uno policíaco y otro de género negro (muy a mi manera) la mayoría podría encuadrarse en dentro del realismo, aunque doy mucha importancia a la faceta psicológica de los personajes.

Fue difícil encontrar un título adecuado para la antología, porque quería huir del manido Lo que sea y otros relatos, siendo Lo que sea el título de uno de ellos. Al final, como en general a mis personajes no les va muy bien, se me ocurrió lo de Y amanecerá otro día porque es una de las pocas certezas tenemos en la vida: por mal que te vaya, incluso aunque no vivas para verlo, siempre amanecerá otro día.

  • Tu profesión se enmarca en el mundo sanitario, y me imagino que ello tendrá enorme influencia en tu obra.

Yo estudié medicina de manera vocacional, pero luego hice la especialidad de Microbiología Clínica por lo que mi trabajo se desarrolla en el laboratorio, lejos de la cabecera del paciente. Sin embargo, el hecho de pasarte media vida en un hospital (yo llevo ya casi treinta y cinco años de ejercicio profesional) afecta a tu manera de ver las cosas. Sabes que la línea que separa la vida de la muerte puede ser muy delgada y en ocasiones se pasa de un lado al otro en suspiro. Sé que todo lo que tiene vida, incluida yo misma, está destinado a morir algún día y es una realidad de la que no me puedo sustraer. Luego está el tema personal. A mi edad he perdido ya muchos seres queridos. Cuando son de la generación anterior (abuelos, tíos, padre en mi caso) te duele, pero lo encuentras lógico, ley de vida que se dice. Pero cuando se va gente de tu misma edad o incluso más joven te afecta mucho más.

  • ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Ahora mismo estoy en trámites de publicar una novela juvenil de ciencia ficción y de humor a través del editor de Desafiosliterarios.com web en la que colaboro con una columna semanal titulada Ya nunca seremos los mismos. La novela  comienza cuando la teniente Ripli (la de Alien, el octavo pasajero aunque yo le modificado un poco el nombre), después de la primera misión aparece en Belenus, un planeta habitado por reptilianos. La novela está protagonizada por dos hermanos reptilianos y toda la acción está narrada bajo el punto de vista de los extraterrestres. Tiene infinidad de gags inspirados en los tebeos que leía de pequeña. El título salvo modificación de última hora: El inspector Tontinus y la nave alienígena.

También sigo escribiendo poemas y a no tardar mucho me gustaría sacar un nuevo libro de poesía, pero daré prioridad seguramente a la de novela.

Además estoy con otra novela de temática actual (ambientada en Valencia) y que no siendo propiamente romántica sí que daré bastante protagonismo al amor.

  • Por último, ¿podrías dedicar unas últimas palabras a los lectores de Contra la inercia?

A los lectores de Contra la inercia les diría que tienes un blog genial. Está muy bien que haya webs como la tuya. Me encantan tus reseñas. El hecho de compagines escritores consagrados como Murakami o Auster con otros desconocidos como yo, por ejemplo, está muy bien.  Es una manera excelente de promocionar la lectura y la cultura en general. También me encantan tus  entrevistas. En definitiva siempre busco unos minutos para estar al tanto de lo que cuentas y lo recomiendo a todos.

Con estas preciosas palabras de nuestra amiga Avelina nos despedimos. Ha sido un honor haber podido tener la oportunidad de conocerla, y espero que su andadura por el mundo literario sea próspera y llena de éxitos.