Las lágrimas que no vertí
enturbiaron mi mirada
opacaron mis ideas
anegaron mi alma.

Pero no quise mirar atrás.

Las lágrimas que no vertí
se me colaron por las grietas
buscaron en vano
la salida por mí vedada.

Pero no quise mirar atrás.

Las lágrimas que no quise llorar ayer
hoy me revientan por las costuras
y no me queda otra que parar
a remendarme las entrañas.