El ajetreo de la vida, las preocupaciones, la indolencia, qué se yo, llevaba muchísimo tiempo sin escribir un poema, pero hoy se ha producido este pequeño milagro y me he acordado de que soy poeta y he compuesto este poema dedicado a la lluvia.
Si al menos lloviera
aunque tan solo fuera
sobre el patio trasero de mi corazón
ahí donde arrumbo los rencores que me estorban,
que me lastran y me impiden ser un alma pura,
quedaría vivificado, dispuesto, joven de nuevo,
sin el resabio de los años vividos.
Si al menos lloviera
aunque tan solo fuera
sobre mis resquebrajados labios
el agua se llevaría consigo este polvo que me ahoga
y mi voz ahora pastosa, apenas un murmullo, se volvería clara,
audible y serena y podría decir con orgullo
mi oración laica, mi oración a la vida.
Si al menos lloviera
aunque tan solo fuera
sobre mis manos ya tan inútiles y cansadas,
el agua fresca les devolvería el vigor de los años pretéritos
la fuerza de sus caricias, la vanidad de sus actos,
Hoy hace años que falleció mi padre (24 si no me he descontado). Aunque es una herida cicatrizada y apenas duele, todavía me hormiguea cuando se acerca esta fecha. Los primeros años le dediqué muchos poemas, ahora hace tiempo que no le escribo nada, pero no quería dejar pasar el día de hoy sin publicar este soneto, que fue el primero que escribí en su memoria. ¡Por ti, papá!
El pasado viernes 27 de noviembre se cumplieron 22 años desde que Gloria Fuertes, esa gran poeta de verso en pecho, no dejó. Aquí va mi sentido homenaje con este poema titulado Ninguna playa.
En el árbol de mi pecho
hay un pájaro encarnado
que agoniza de olvido.
En mis manos enjutas
una flor marchita
y en mi pupila,
prendida, una lágrima.
Hoy, vestida de invierno
lanzo mi última música
para invocar aquella primavera
que pasó de largo
en busca de más fértiles riberas.
Supervivo a todos los naufragios
mas vivo a la deriva:
isla ignorada
en el centro de un mar
que no me entiende.
No ansío ya ninguna playa.
Ya escribí mi última página.
Soy más vieja que mis años, que
el dolor envejece más que el tiempo.
No lloréis por mí:
cuando muere un poeta
no pasa nada…
Nota: las partes en cursiva son citas literales o versos de Gloria Fuertes